top of page

TARO

Inicio: Texto

       El cálido metal recorre líquido mi boca intacta; cuatro brazos firmes levantan mis extremidades liquidadas y me cargan torpemente hasta el auto. El barro y la pólvora sazonan mis labios; confundida, respiro hierro y escupo sal.

       El auto arranca y pierdo el control de mi cabeza que, exhausta, se ladea con el vaivén de la huida. Uno de los soldados dice algo e intenta mantenerme erguida, estoy segura de que dice mi nombre, estoy segura de que lo dice mal; he tenido tantos que ninguno es el definitivo, quizás Taro sea el que más se acerque. Mi nombre se pierde entre los aviones que pasan al ras y los gritos ahogados de los soldados, ya no hay nada que hacer, solo retirarse; retirada, Taro, retirada.

Inicio: Acerca de

      Pronuncio tu nombre y luego el nuestro, busco tu voz pero es inútil sabiendo que estás a miles de kilómetros. Hubiera querido mostrarte el último rollo de fotos de saqué. De todas formas, temo que perdí la cámara en el momento del accidente.

      El auto se aleja cada vez más del peligro. No sabes los escalofríos que tengo, amor; ya los vas a sentir en las yemas, cuando sostengas la cámara y por el visor me veas reflejada en las trincheras, en el pelotón, en los tanques, en los aviones, en la carne rajada, en los cuerpos tiesos. De a poco me vuelvo un paisaje más de la guerra y me inmortalizo en el funeral masivo que alguna vez capturamos desde muy cerca, quizás demasiado.

Inicio: Texto

       Ya sé que el horror nos caló los huesos, pero te pido encarecidamente que, hagas lo que hagas, agarres la cámara una vez más; es mi encomienda, no sueltes tu arma testigo, el destrozo va a seguir estando y alguien tiene que cubrirlo. 

       Yo voy a dormir plácidamente en tu córnea derecha, acariciando las paredes cuando las vea temblar de repulsión; es que siempre fui de sacar fotos más crudas que vos, el blanco y negro de lo que revelé no le hace justicia al terror escarlata que vi.

Inicio: Acerca de

         Solo intento que adquieras ese coraje que, de alguna forma lejana que hoy comprendo, te prepara para este momento. Te digo que cada foto sacada de un rostro quemado ardía en mi mejilla y así, sin darme cuenta, mi cuero se hizo más duro y hoy no me duele partir. Recuerdo cuando fotografié a ese soldado solitario tendido boca abajo en la pradera, la explosión de una granada lo había alcanzado y había dejado esquirlas que permanecían firmes en el saco sin vida. Te confieso que, cuando volvía de cubrir aquello, pensaba que esa era la muerte que me esperaría: el zorro que al fin fue cazado. Nunca hubiera imaginado que me embestiría por accidente un Panzer huyendo de los Caza, uno de los nuestros poniéndose a cubierto.


Inicio: Texto

          Me mató la retirada, amor. ¿Cuántos de los nuestros se mueren en retiradas? Somos pocos y desaparecemos así, huyendo. Vos no lo hagas, no seas cobarde. No llores por mí ni tengas pena, vinimos a expulsar a las cosas de sus horrores y nos vamos por el mismo leitmotiv. 

         El auto tropieza con un badén y pega un breve salto, el impacto inunda mis pulmones de un líquido tibio y mis pupilas giran tan arriba que la visión se tiñe de un negro alquitrán. En la oscuridad, un flash explota seguido de otro, y sigue así hasta formar una secuencia intermitente de luces blancas.

Inicio: Texto

         Dejo de lado las palabras y te pido una última foto desde donde estés, dame ese honor. Pero no me des un trato especial, fotografiame como parte del almanaque, estoy más preparada que muchos de los que fotografié y es gracias a que pude apretar el botón. Es tu turno, asesiname. Es ahora, un último disparo, dejame ver la luz que siempre supe que se vería así: como un chispazo, como un chasquido.

Inicio: Acerca de

.

Inicio: Texto
bottom of page